PREVENCIÓN DE LA OBESIDAD INFANTIL
Prevención de la obesidad infantil
La obesidad es un problema de salud que a lo largo de los
años afecta a cada vez más personas y a más tempranas edades, la situación es
de tal magnitud que la OMS la clasificó como “la pandemia del siglo XXI”. Por
ello es importante que dentro de cada grupo
familiar se involucren en la prevención de este problema sanitario, que se
vincula con los hábitos de alimentación y la actividad física.
¿Qué es la obesidad?
La obesidad consiste en un desequilibrio calórico en el
cuerpo, pues la ingesta de calorías es demasiada a comparación del gasto
calórico, que son las calorías consumidas en alguna actividad realizada.
Partiendo de lo anterior la obesidad es un problema al que hay que poner bastante
atención, pues es un trastorno que puede radicar en otras enfermedades como la
diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y el colesterol elevado, así mismo
incrementa los factores de riesgo cardiovascular y se vincula también con el
desarrollo de ciertos tipos de cáncer.
¿Qué factores
provocan la obesidad?
Aunque en algunos casos pueda ser provocada por factores
netamente genéticos, heredados de los padres, se ha comprobado que la mayoría
de los casos en niños y niñas son provocados por los estilos de vida que
llevan, puntualmente hablando, por los hábitos alimenticios y de actividad
física.
En los últimos veinte años se han producido dos cambios
simultáneos en nuestro estilo de vida que explican en gran parte este aumento
de la obesidad:
Ø Por un lado, consumimos cada vez más alimentos que tienen
un alto valor energético.
Ø Al mismo tiempo, a lo largo del día nos movemos menos que
antes y, en consecuencia, gastamos menos energía.
Es decir, actualmente los niños y niñas, consumen alimentos
que aportan mucha energía a la vez que van moviéndose menos, por lo que se
genera un exceso de energía que se va acumulando en forma de grasa corporal.
¿Qué consecuencias
tiene esto en la salud de los niños y niñas?
La obesidad infantil tiene consecuencias inmediatas y
futuras en la salud de los más pequeños. En el corto plazo, los niños y niñas
obesos pueden padecer dos tipos de consecuencias:
Ø Psicosociales, como aislamiento social, discriminación,
pérdida de autoestima y trastornos de la alimentación que provoquen bulimia o
anorexia.
Ø Físicas, como alteraciones ortopédicas y molestias
respiratorias.
A más largo plazo, los niños y niñas obesos están
incrementando los riesgos de padecer en la adultez o la vejez (e incluso a
edades más tempranas) una larga lista de patologías, entre las que se
encuentran:
Ø Hipertensión.
Ø Diabetes.
Ø Enfermedades cardiovasculares.
Ø Algunos tipos de cáncer.
Ø Problemas en las articulaciones.
Ø Enfermedades degenerativas, como el Alzheimer.
¿Qué hábitos influyen
en el desarrollo de la obesidad?
Dentro de la vida cotidiana de los niños y niñas se
encuentran ciertos hábitos que podrían explicar el hecho de que hoy en día la
tasa de padecer obesidad vaya en aumento.
En materia de alimentación, se puede enumerar:
Ø Consumo elevado de alimentos de alto contenido energético
(bollería industrial, hamburguesas, pizzas, patatas fritas, refrescos
azucarados y productos precocidos con alto contenido de grasas).
Ø Ingesta insuficiente de verduras, frutas y pescado.
Ø Pérdida del hábito de desayunar.
Ø Dieta desordenada, con mucho “picoteo” entre horas, por lo
general de productos con alto contenido energético.
En la parte de la actividad física, se ha evidencia una
pérdida progresiva de la práctica de actividad física en la infancia y adolescencia,
que se puede manifestar en:
Ø Menos horas dedicadas a hacer ejercicio o a practicar
algún deporte.
Ø Pérdida de hábitos de juego dinámico al aire libre.
Ø Uso del vehículo familiar para el desplazamiento a las
distintas actividades, en lugar de caminar o utilizar la bicicleta.
Ø Más horas dedicadas a actividades sedentarias, como ver
televisión o jugar con la consola y el ordenador.
¿Cómo saber si
tenemos exceso de peso?
Para saber si una persona tiene un peso normal o acumula
algunos kilos de más, se utiliza un indicador que se conoce como Índice
de Masa Corporal (IMC), que relaciona el peso de la persona con su
estatura.
El cálculo se realiza a través de una fórmula relativamente
sencilla, que divide el peso de la persona (expresado en kilos) entre el cuadrado
de la estatura (expresado en metros).
IMC = peso (Kg.) / altura2 (m2)
El resultado de ese cálculo nos indica si la persona tiene
el peso adecuado en relación con su estatura y, por tanto, es un indicador de
salud. Si el resultado es:
• Menor a 17, la persona está desnutrida;
• Entre 17 y 25, tiene un peso normal;
• Entre 25 y 30 tiene sobrepeso;
• Si el IMC es superior a 30, la persona es obesa.
Más allá de los consejos generales que se mencionan para
prevenir la obesidad infantil, es importante que si su hijo o hija tiene
sobrepeso (IMC superior entre 25 y 30) u obesidad (IMC superior a 30) sea
tratado por profesionales especializados.
Consejos para
prevenir la obesidad infantil
Aunque pueda parecer un panorama desalentador, hay que tener
en cuento que con tal de que la obesidad no sea hereditaria, los factores que la
producen se pueden modificar pues basta con tener una buena alimentación y
realizar un buen ejercicio físico .
Prevenir la obesidad es posible y relativamente sencillo. Algunos
hábitos saludables en materia de alimentación y actividad física que son muy
importantes en el control del peso son:
Ø Reparta su alimentación en 4 comidas al día:
desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.
Ø Elija alimentos con bajo contenido de grasas.
Ø Evite los alimentos fritos.
Ø Reduzca el consumo de azúcar.
Ø Consuma verduras en abundancia y tome de 2 a 3
piezas de fruta al día, evitando aquellas que contengan mucho azúcar, como el
plátano, las uvas o las cerezas.
Ø Consuma pescado al menos dos veces por semana y
disminuya la ingesta de carnes rojas.
Ø Manténgase activo.
Hay que tener en cuenta que si usted es una persona que
sufre de obesidad, la única forma de poder remediar este problema es
estableciendo nuevos hábitos que contribuyan a su salud para poder poco a poco y
con perseverancia obtener un peso moderado.
Si usted tiene exceso de peso, tenga en cuenta estos consejos que le ayudarán a mejorar su peso corporal:
1. Recuerde que bajar de peso es el resultado de gastar más
energía que la que se ingiere con las comidas.
2. Empiece practicando actividad física de intensidad
leve, como caminar a ritmo pausado sin fatiga excesiva, subir un edificio
por las escaleras o montar en bicicleta unos pocos kilómetros en forma
recreativa.
3. Si fuera posible, recurra a un profesor en
educación física para que diseñe el programa de ejercicios a realizar.
4. La actividad debe tener una duración mínima de 20 minutos
para asegurar un gasto de energía importante. Es preferible realizar el
ejercicio a una intensidad leve o moderada si eso permite que la duración del
ejercicio sea superior.
5. Realice actividad física todos los días de la semana.
6. Preste atención a la ropa que utiliza para realizar
ejercicio. Utilice diseños y materiales que permitan la libre circulación
del aire entre la piel y el exterior.
7. Haga actividad física en grupo para alimentar la
motivación.
8. Lo importante es moverse más, y si es en un gimnasio
mejor
9. Incluya la vida activa de manera natural en las
actividades cotidianas. La realización de actividad física no debe ser
una carga, como quien toma una medicación circunstancialmente. Caminar al
trabajo o al colegio; ir andando a hacer la compra; subir escaleras en lugar de
usar los ascensores (si no puede subir una planta, al menos baje dos); y bajar
una estación antes en el metro o el autobús son estrategias que pueden suponer
un importante gasto de energía semanal.
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